Blogia
Molly' s Bloom blog

por qué no se ponen a crear algo le preguntaba muchas veces al ateos o como se llamen

¿Qué puede haberte dolido de mí?, me pregunto, ¿por ejemplo, entre otras cosas que ya sé, el título que le di al comentario anterior?: 'No daría ni el blanco de una uña por toda su ciencia'. No sé si te has dado cuenta pero yo aquí sólo estoy siguiendo el curso del final del monólogo que Joyce puso en boca de Molly Bloom. Lo sigo como un guión. A lo mejor te duelen las cosas porque no las entiendes, ¿te lo habías planteado?. Pues a lo mejor sólo te duelen por eso y ni siquiera son tan malas como te lo parecen. Y sí, te digo que lo siento otra vez si quieres y te lo repito tantas veces como lo necesites, ¡ah no!, perdón, me disculpo es verdad que tú no necesitas nada de mí: me lo creo, pero eso tampoco va a arreglar nada, quiero decir que a mí no va arreglarme por dentro, ni a ti a satisfacerte. No hay nada importante que repararar, ¿no es cierto?. ¿O estoy equivocada y la vanidad lo es?. ¿Es importante para ti la vanidad?. Es tan importante que cuando alguien que te quiere bien, porque sí, hoy por la mañana me he dado cuenta de que me importas, te dice que lo siente, que siente haberte hecho daño, eso no significa algo más importante para ti que un maldito ego herido?. Algo que ni siquiera eres tú porque yo quiero creer que eres algo más que eso, que el irrespirable vacío. Y me parece que quien sale perdiendo soy yo. Me he mostrado tal cual era, sin tapujos y tú me has rechazado porque dices que no te gusta mi forma de actuar contigo.' ¡Ahh! (y suma a ese 'ahh', por favor, un matiz de disgusto) ¿Pero qué forma de actuar contigo si lo único que he hecho es no ocultarte nada?. Tú querías saber y yo pensé en serte fiel de esa manera, en arriesgarme por ti. Me lo dijiste. Dijiste: 'daría lo que fuera por saber que era lo que hablábais de mí las dos allá arriba?. Y desde entonces he venido contándotelo todo, casi a diario. ¿Por qué no me engañaste?, ¿por qué no me lo matizaste?, ¿por qué no me dijiste por ejemplo, como todas esas gentes que acuden a la consulta de un cartomántico o a un quiromante?. 'Quiero saberlo todo pero no me diga lo malo'. Y yo lo habría tenido en cuenta y te habría rechazado yo primero, como a ellos, lo mismo que a ellos, a esos cobardes que quieren burlarse del futuro pero no pagar los tributos, o también habría sabido de inmediato que tú eres de esos a los que sólo les gustan las relaciones estáticas, las relaciones basadas en la mentira. Lo contrario del erotismo, de las relaciones de crecimiento. Y entonces a lo mejor no te habría contado nada o te habría mentido, tal vez si hubiera sabido que eso era un requisito esencial para ti lo habría hecho porque me gustabas mucho, y porque me habría gustado conservarte y convertirme en una parcela insignificante, más pequeña incluso que lo minúsculo, aunque una intensa como deseabas pero no me dejaste elección. Me dijiste: 'Quiero saber las cosas de forma contemporanea...'. Te cito textual. Y yo te expuse mis dudas. ¡Adelante!', repetiste ¿o no fue así?. ¿Y yo que te expliqué?. Te dije: No, no sé si confío tanto en ti todavía. Y tú me replicaste: 'No tienes por qué confiar' e insististe en que te contara, ¿o no fue así?. Me repito. Vale, no digas nada. Acúsame de hacerte daño solamente y quédate si puedes con tu conciencia tranquila, porque yo esta vez la tengo y eso te lo certifico. No sé, no entiendes las cosas como yo las cuento, las entiendes como te hacen sentir a ti más seguro, y así no se vale, a si es muy difícil atinar, así es venderse, ¿no lo comprendes, verdad?. No venderse a alguien, a una mujer, a un hombre, a un estado, a quien sea, no, es venderse a la mentira. Me temo que leíste mal y lo confundiste (ah y te aseguro que aquí no me estoy disculpando; te estoy haciendo ver que tú también estabas equivocado). Por ejemplo, ya sé que no me has pedido nada pero a mí me gusta dar. Otra manía, desde que tengo uso de razón le vengo regalando libros a mis amigos, o a la personas que voy conociendo y que me dejan huella. Por ejemplo a ella, a la niña, ya llevo varios y mira tú qué tontería tenía que regalarle como fuera 'El mundo de Sofía' y sólo tiene 10 años y sólo porque yo quería escribirle una dedicatoria mía en él para cuando se hiciera mayor y su infancia se nos hubiera ido y luego para compensarla por eso, porque a quién se le ocurre regalarle a una niña un tocho como ese sin venir a cuento, pues le compré un cuento, 'El samovar' de Máximo Gorki y ese lo elegí porque Angeles me habló muy bien de él y las ilustraciones eran preciosas pero sobre todo porque hablaba de la soberbia y pensé que a las dos, que lo somos tanto, nos vendría estupendo leer lo que le sucedió a él, para aprender. ¿Tú no quieres aprender?, ¿ya te lo sabes todo?. Chico, que listo. Yo no, yo no atino, yo yerro, yerro siempre, por ejemplo hoy, contigo, porque desconocía que eras tan frágil, y te sobrevaloré creyendo que eras más fuerte y que estabas más por encima de algunas cosas: ¿por qué en resumidas cuentas a ti que te tiene que importar lo que los demás pensemos de ti?; eres tú quién tiene que estar satisfecho consigo mismo y sobre todo te fallé por no ser una experta en ti y por eso no supe como hacerlo bien todo contigo y no herirte, y por eso mira, sí lo siento pero hay una cosa que no te dije y que es mentira, y además fíjate no la entiendo yo, ahora, personalmente: ¿de dónde te has sacado eso de que tú siempre has estado para mí cuando te necesité?. Hoy, hoy sí es el primer día que te necesito y ya no estás aquí, que te necesito de verdad. Pero no te preocupes puedes seguir engañándote y creyendo que alguna vez hiciste algo por mí. Yo no te voy a cobrar ningún impuesto revolucionario por ello, tranquilo. Un beso.

5 comentarios

molly bloom -

El comentario precedente no lo escribió el mismo 'cuco'.

cuco -

de todas formas, el 'reina' es un despectivo mírese por dónde se mire.

molly bloom -

Me gusta saber que me aprecias. Elijo creerte ahora.

molly bloom -

otro beso.

cuco -

te repites excesivamente reina, yo te aprecio, pero no tienes la potestad de dictar sentencias sobre la gente. No puedes, aunque lo intentes